jueves, mayo 03, 2018

C-130 en CHILE



EL LONGEVO 998, “DURO DE MATAR”


C-130B, FACH 998, del Grupo de Aviación N° 10 de Transporte Estratégico, 
exhibido en FIDAE 2018, Base Aérea Pudahuel, 01 de Abril

Por Sergio Pulgar

La historia de los HERCULES en la Fuerza Aérea chilena comienza en 1972, con la adquisición de los dos primeros “Super E”, modelo convertido de su versión civil, que luego sería conocida como “H”.
Diversas circunstancias llevaron a que a principio de los años ’90, la aviación de transporte chilena perdiese temporalmente esta importante capacidad de carga. Ello motivó a la institución a solicitar ayuda a su par estadounidense, con el objetivo de reponer parcialmente esta falta.
El resultado fue la cesión entre Septiembre de 1991 y Abril de 1992, de dos aeronaves tipo “B”, que se conocerían como FACH 997 (3551 año 1958) y FACH 998 (3690 año 1961).


Prontamente dos C-130 B se suman a la flota HERCULES (993 y 994) culminando 1992 con un inventario de seis aviones, dos “Super E” y cuatro “B”.
La primera baja fue en 2003, cuando el FACH 993 es retirado debido a un problema aerodinámico que fue insanable. 

Posteriormente y en forma simultánea son desactivados el 994 y 997, quedando en servicio solo un “B”, el FACH 998.

Hacia 2008, la institución aérea había consolidado su sistema de armas, pero aún continuaba con un indefinido proceso de refuerzo de su sistema de transporte, tema que persiste, aunque estaba ad portas de resolver positivamente la urgente necesidad de contar con un vector de reabastecimiento en vuelo, para su flota de F-16, que ya se había establecido como el único medio de su tipo. Por ello era urgente conseguir un tanquero, amén que el transporte seguía disminuyendo su capacidad.
Ya se había logrado que los dos Super “E” fuesen modernizados en cuanto a su aviónica, mediante la instalación de un moderno panel, conocido como “glass cockpit”, pero el C-130B quedaba fuera de esa posibilidad, ya que se tenía la casi certeza de que pronto sería retirado.
El 998 tenía notables limitaciones respecto a sus similares, resumiéndose en dos temas relevantes; autonomía y capacidad de operar en la Antártida (sistema de frenos simple y anticuado). Ello lo ponía en primera línea de retiro y así se comentaba dentro del gremio de los transportistas. Aun así, se le tenía cariño y respeto, sobre todo por su longevidad y aunque con las limitaciones indicadas, nunca falló y había servido con nobleza cuando se le requería.
La demora en solucionar el tema transporte/tanquero lo puso en línea nuevamente y continuó su servicio, que ya había alcanzado a vuelos internacionales y por supuesto, dentro del país. Estando los dos modernizados Super “E” casi exclusivamente dedicados a las Campañas Antárticas, el “B” resultaba un buen apoyo.


    Portada de la Monografía del HERCULES en CHILE, edición de 2015
Producción de Ediciones MULTIMODEL, imagen de KENNETH BROWN H.

Una de sus grandes proezas, al mando de uno de los mejores Pilotos de su época, fue haber rescatado en sucesivos vuelos a ciudadanos chilenos en las alturas del Perú. Haciendo gala de sus cualidades como Piloto y Navegante, el Oficial al mando logró sortear las limitaciones del 998, volándolo con su peso completo y entre las sierras, hasta dejar su preciosa carga en suelo chileno.
La solución a la ecuación transporte/tanquero, se dio en dos partes, incorporando un Boeing 767 y dos KC-135E, los cuales permitieron duplicar la capacidad de carga y a su vez retirar a otro noble como el “Aguila” (Boeing 707 modificado como tanquero, pero que solo servía para aviones con probeta fija).
De todas maneras y siempre se buscó conseguir incorporar más HERCULES al inventario de transporte, pero conseguirlos era realmente difícil, por la gran demanda del tipo “H”, el estándar en el mundo. Los C-130J, aunque modernos, no habían logrado establecerse como la respuesta lógica y práctica a la serie “H”. Off the Record, las propias tripulaciones estadounidenses no conseguían aceptarlo del todo, salvo por la imposición de sus mandos.
La Empresa Aeronáutica chilena (ENAER) dio el primer aliento a la posibilidad cierta de que el 998 fuese repotenciado, al lograr con éxito modificar en 2011, un C-130B de la Fuerza Aérea de Uruguay, al cual se le cambiaron los motores, con el consecuente refuerzo estructural y revisión general, que lo dejaría en estado operativo de primer nivel. Cabe señalar que los “B” uruguayos” han sido dotados de “glass cockpit”.
Así las cosas, la Fuerza Aérea decide aplicar esas modificaciones al 998, con el objetivo de acercar sus performances lo más posible y a un costo razonable, a sus similares 995 y 996. Con todo continuaba la búsqueda de más “Herk” y había una luz en el horizonte.
Entre lo más destacable de esa repotenciación, se encuentra el refuerzo de las alas, para montar los nuevos motores T-56-A-15, el incremento de la capacidad de combustible interno y la actualización del tren de aterrizaje. Con eso y salvo que no se le montó el sistema de estanques auxiliares subalares, el 998 se convirtió en un excelente camarada de operaciones de los ya clásicos 995 y 996.
Hacia 2015, la Fuerza Aérea de Chile logra adquirir cuatro C-130 “H”, en variadas versiones (K-130R y C-130R), consolidando una base mínima de transporte aéreo, que esta institución aún considera como “apoyo a la fuerza”, tema que a la luz de las necesidades reales como país, debería replantearse y entender que si bien necesita un sistema de armas eficiente y disuasivo, no menos requiere uno de transporte y carga, que sea capaz de enfrentar a un “enemigo” cada vez más hostil, como los fenómenos naturales.
FIDAE 2018 tiene la excelente iniciativa de incluir entre las aeronaves de presentación estática al noble y longevo C-130 “B” FACH 998, que con dignidad observa a sus modernos descendientes, pero sin duda con la satisfacción del deber cumplido.


Larga vida al 998, a quien hemos bautizado con justicia como “DURO DE MATAR”



HALCÓN/TOQUI en Chile